Res
Ante todo quiero pedir disculpas a todos los visitantes habituales de este blog por haberme colado indiscriminadamente sin pediros permiso y daros el coñazo de mala manera, es lo que tiene ser el cuñado de la creadora del blog. También me gustaría disculparme por expresarme con la lengua oficial del Estado, un poco menos maltratada que la nuestra, la catalana y digo nuestra porque yo soy catalán, uno de esos catalanes parlantes que cuando habla en castellano parece un alemán hablando en andaluz. Una de las razones o excusa para pronunciarme en esta lengua, es lo fácil que me resulta escribirla sin hacer apenas faltas de ortografía, cosa que en catalán no me ocurre y que para mi es un motivo vergüenza. Los otros motivos me los guardo para otra ocasión.
Para ser la primera vez y no quiero que sea la última, hoy voy a contar lo que para mí era salir de fiesta un sábado noche:
Sábado noche, el hombre, cazador por naturaleza, abandona la cueva y sale en busca de una presa que le apague la sed de lujuria y las ansias de seducción. El cazador nocturno siempre acecha en manada, pocas veces va solo, se ayuda de sus compañeros para acercarse a una presa descarriada o para ahuyentar a grupos rivales. Antes de empezar la batida, el grupo inicia un ancestral ritual basado en cánticos de guerra, veneraciones a las presas que se van a batir y a la ingestión desmesurada de líquidos alcohólicos fermentados. Finalizado el ritual, los mercenarios de la carne se disponen a emprender la cacería. En primer lugar inspeccionan apuradamente y escrupulosamente la zona, eliminando los sectores donde abundan los carroñeros y escasean las presas fáciles. Seleccionado el lugar adecuado, se adentran en sus profundidades, sorteando con dificultad diferentes obstáculos antes de llegar a la barra, donde se refrescaran con nutritivos zumos de cebada y contemplaran con admiración la inmensa sabana o pista de baile. Hermoso hábitat con una gran variedad de bellas hembras, muy distintas unas de las otras pero todas comestibles y muy apetecibles a los ojos de un depredador. Para atacar se dispersan cada uno por su lado, acechando, controlándolo todo, esperando a la menor oportunidad para lanzar una perdigonada y matar sin piedad a cualquiera que se les ponga a tiro. Normalmente no hay suerte en la primera vuelta de reconocimiento, la noche puede presentarse dura pero nunca se tira la toalla en el primer asalto y como expertos perdigueros con años de experiencia saben que a veces ser paciente tiene recompensa. Segundo intento y segundo fracaso. Las fuerzas van flaqueando a medida que van pasando las horas, los ánimos disminuyen poco a poco y el alcohol en la sangre va aumentando desmesuradamente, provocando lentitud en los movimientos y un molesto tartamudeo en las palabras. Vuelven a intentarlo como guerrearos heridos dispuestos a conseguir la gloria o morir con honor en el campo de batalla. A veces uno de ellos lo consigue mientras que los demás quedan apartados y dejan de formar parte del juego. Cuando se atrapa una mirada perdida, un cazador no puede molestarse en identificar a la posible víctima, es su última oportunidad y no puede dejarla escapar. Es el momento de demostrar a toda la plaza que está retirado pero no acabado y que aún es capaz de llevarse las dos orejas y el rabo. El buen torero saca pecho y sin dejar de mirar-la se dirige con rumbo fijo hacia ella. Lo tiene claro, tiene que entrar a matar, con un golpe rápido la deja aturdida y finaliza el remate con una estocada precisa. Entrará con un saludo tímido (para romper el hielo), dirá su nombre de guerra y aprovechando un beso inocente en la mejilla le asestará un lengüetazo en todos los morros.
Puede que ella oponga resistencia apartando la cara con brusquedad sin dejar de moverse al ritmo de la música. No pasa nada si falla el primer disparo todavía le puede quedar un par de cartuchos y el tiempo, en su estado, no importa demasiado. El cazador es insistente y vuelve acercarse a ella intentando seguir el vertiginoso ritmo de la música, sin pisarle los pies en el intento. Puede ser que ella se mueva como una serpiente de cascabel, amenazante y hostil avisando al intruso de su venenoso mordisco. Con el sigilo de un cazador y la paciencia de un pescador, él sigue estrechando el cerco poco a poco para no ahuyentar a su trofeo. Al sentirse acorralada, ella le clavará la mirada y como un jaguar perseguido se lanzará contra él para seccionarle de un zarpazo la yugular. El cazador se convertirá en la presa y no llegará ni a levantar el arma, en una fracción de segundo acabará todo, le arrancara de un zarpazo el corazón y desaparecerá entre la gente. Será tan fugaz y repentino que solo quedara el eco de sus palabras en los oídos del perdedor: Dile a la Mari, tu mujer, que el lunes nos vemos en la oficina.
Quina sort que la caça no m'hagi agradat mai, tot i que sembla que aquesta que contes no s'acaba ací... ;)
hahahaha! olé! boníssim!
per cert, boireta, espero que sigui el germà del teu xicot i no el xicot de ta germana! huaxhuax! boníííííííííííssim!!!
Home, el cunyat de la Boira! Molt bo, bon estudi antropològic dels hàbits de l'home "caçador" actual. Sembla un documental de la 2! ;)
molt bo, però ara hi ha mètodes de caça més sofisticats, amb les noves tecnologies, jeje.
Així que aixó de la mari fins i tot es pot arribar a amagar, adoptant altres personalitats.
Es pot dir més alt, però no més clar. Inevitablement tots els tios pensem així; alguns actuen més, altres sols en pensaments......cunyi, ets un catacrac
JAJAJAAJA!!Q divertit e interessant aquest documental :)
Eiii q es passi més sovint el teu cunyat x aki!!! m'ha agradat l'escrit!
benvingut al cuny molt bo el escrit per cert passat per casa tens una cosa.
petons
Hahaha! Molt bo!!! que s'ho vagi rumiant, això de fer un bloc!! Em recorda un documental de la 2: el león acecha su presa... ;)
Sort que no surto gaire de nit!
;)
Bon Sant Jordi! amb retard!
Homens!!!!!!